En esa tarde se congelo mi alegría, hasta ese momento no me había dado cuenta lo que era perder el aliento, el presente desapareció de mi conciencia; de repente, la memoria empezó a opacar todo.
Primero paulatinamente, después sin tener forma de detenerla, se apodero de mi mente, ahora no soy mas que recuerdos; el impacto de esa escena me quito el presente.
Miro sin observar; no sé que transcurre frente a mi vista; mi sentir como mi saber solo me remontan al pasado, lo unico “nuevo” que mi conciencia registra es el viento frio que azota mi cara. Desde ese instante, he vivido sin saber de mí existir.
Mis dolorosos recuerdos insisten en repetirme la misma escena, en los escasos minutos que logro conciliar el sueño, tu imagen de esa tarde, esta presente, me duermo y me despierto con ella.
Lo recuerdo muy bien, te vi llegar, hasta ese momento, la fuerza de mi amor me otorgaba el derecho de incluirme en tu vida, nada ni nadie me lo impedía, sencillo.
Es que hasta ese entonces, entre tu y yo no existía ningún obstáculo, simplemente podía depositar mi mirada en ti y disfrutarte, aunque sabia que para ti no pasaba nada.
En cambio, en mi alimentaba al volcán alojado en mi corazón, cada latido era una erupción de emoción y regocijo, todo era extraordinario, sucedía el encuentro con la sensación del que sabe que puede hacerlo y no va molestarte.
Yo vivía una bendita locura, la de estar enamorada de ti, sin que lo supieras. ¿Cuántas veces nuestras miradas se cruzaron? No muchas.
Es esos breves instantes de tu mirar en mi mirar, reconocía que yo era para ti una mas de las muchas personas que atendías en tu trabajo, con la excepción de la ultima vez.
Esa vez sucedió algo distinto, en breve destello de afecto dirigido a mi se inauguro en tu mirada, recuerdo muy bien que transcurrió un parpadeo antes que retiraras tu vista.
Con el recuerdo de esa mirada me fui, sentí que había dado un paso adelante, ahora ya sabia que te habías dado cuenta de mí existir, mi ilusión triunfaba, por unos segundos mi imagen había penetrado en ti, supe lo que es estar dentro de tu corazón, que ajeno estaba entonces, de saber que todo espejo es frágil.
Aunque reconozco que soy mas bien poco atractiva, que no tengo una platica interesante, ese día me sentí que era igual que cualquier otra mujer, estaba alimentada por ti, mis ilusiones no tuvieron limites.
Trabaje sin ningún cansancio, todo se me hizo fácil, a cada instante sentía el influjo mágico de tu compañía.
Esa mirada impregno mi animo los siguientes días, hasta que llego esa tarde, me dispuse a ir a la reunión con mas entusiasmo que nunca, pensaba que con cualquier pretexto podría hasta platicar contigo, después de todo era una reunión social y yo era una de los invitados.
Llegue antes que tu, deambulaba son sentarme en ninguna parte, de repente tu hermosa figura apareció, ahí estabas, a unos metros de mí, lo que nos separaba era una barda de piedra, que hasta ese momento pasaba desapercibida, lo que resaltaba eran unas hermosas rosas y petunias, las piedras apenas si se notaban, eran como brazos firmes que amorosamente sostenías las flores.
Por unos segundos contemple ese escenario, tu, rodeado de flores, separado de mí por un muro de piedras, me parecía el cuadro más perfecto que hubiera visto en mi vida, no sentía distancia entre tu y yo.
De repente, alguien se acerco a ti, tú la recibiste con una sonrisa, ella te tomo de la mano, y no sé porque, pero las piedras empezaron a crecer frente a mis ojos, no podía ver las flores, las piedras eran las que predominaban, ahora me parecía rocas enormes, frías y ásperas.
Tu sonreías, ella te abrazo, tu le correspondiste con un beso en su mejilla, caminaron hacia la reunión, pasaste a mi lado y solo tu perfume se acordó de mí.
Me senté sin animo, camine sin sentir, me acosté sin dormir. Hoy después de 7 días sin verte, me levante, fui hacia la ventana, respire el aire fresco y me reconforto, volví a hacerlo profundamente, necesitaba animar a mis soporosos pulmones, vi a lo lejos unas flores, les sonreí, y les dije: “ustedes no tienen la culpa, las peligrosas son las ilusiones..., porque no tienen imperfecciones”.
No se como, pero me prepare para vivir sin ti. ¿ Cómo empezar? Me entro la desesperación y grite ¡No lo sé!
Esa forma de reaccionar no me gusto, me enoje contra mi coraje, volví a respirar el aire fresco, me tranquilice un poco y me reí de mí mismo al verme en el espejo.
“Eres una ilusa cretina, alumbrada con rayos de imbecilidad”, antes de irme a trabajar me hice una promesa: Mi amor no tiene porque arruinar mi vida, así que, del lado de mi vida con los demás, yo seguiré siendo la misma de siempre... creo que hasta mejor. Pero del lado de mi intimidad guardare un secreto, siempre seré tu amante.
